En las últimas décadas el turismo ha evolucionado de forma constante y se ha convertido en uno de los sectores económicos que ha experimentado un mayor desarrollo y diversificación, al mismo tiempo se ha convertido en un factor esencial para el progreso socioeconómico. Según la OMT el volumen de negocios de turismo es superior a las exportaciones de petróleo, alimentos y automóviles, de tal forma que es uno de los principales actores en el comercio internacional y para algunos países en desarrollo es una de sus principales fuentes de ingresos, así en España el turismo se ha consolidado como primer sector de la economía y mantiene el liderazgo del turismo internacional, representa el 11% del PIB nacional y es una fuente creciente de empleo, cifrándose en 700.000 su empleo directo y en 500.000 los puestos de trabajo indirectos. Es necesario también tener en cuenta que tanto la OMT como la UNESCO defienden que el turismo es una herramienta esencial para la comprensión y entendimiento entre las distintas civilizaciones, y por ello debe entenderse en sus dimensiones social, cultural y ética.
De acuerdo con lo que acabamos de plantear entendemos que el Turismo y la evolución del mismo en las últimas décadas justifica la presencia y el protagonismo de la Universidad, tanto en la formación de profesionales del sector turístico como en la investigación e innovación. En este sentido es necesario recordar que la incorporación de los estudios de Turismo a la universidad en España se ha producido recientemente, concretamente en la década de los 90, cuando desde el mundo académico se entiende que el turismo tiene una importante repercusión en la economía de los distintos países por lo que representa para el PIB, porque se convierte en una fuente creciente de empleos tanto directos como indirectos, de creación de empresas de tal forma que el turismo está llamado a convertirse en uno de los sectores con mayor capacidad de crecimiento. Por otra parte el desarrollo del turismo tiene importantes repercusiones en la ordenación del territorio, en la gestión del patrimonio natural y cultural, en el análisis y comportamiento de la población local, de tal forma que estas implicaciones pueden traer como consecuencia la alteración de los modos de vida, la transformación de paisajes o intervenciones en el patrimonio.